Por fin la merienda [Cerrado]

Entré en el comedor, y cogí una sopa y un poco de pollo. No cogí postre de momento, simplemente cogí un botellín de agua y me di la vuelta para buscar mesa. Allí sólo había dos personas, las dos conocidas: Lissette y la otra chica, la de los ojos azules. Me dirigí hacia ellas, no estaría mal charlar un poco mientras comía... -Espero que el comedor no penséis destruirlo también...- lo decía más bien hacia Lissette, que al fin y al cabo fue quien empezó a provocar a la chica. De todos modos, lo dije con un tono de broma. -¿Os molesto si me siento aquí con vosotras?- pregunté sonriendo.

Me senté, y escuché lo que me dijeron. De nuevo las confianzas de Lissette... -Pues no estoy muy seguro, tuve que pagar lo de la cafetería...- dije, un poco a modo de reproche, pero en seguida cambié de tema para no acabar mal otra vez. -Bueno, y.. ¿qué os parece la residencia?- tema algo típico, pero mejor eso que nada... empecé a echar agua del botellín en el vaso que había cogido, mientras esperaba la respuesta de cada una.

Escuché la respuesta de la chica, y después me preguntó por mi nombre. Ahora que me daba cuenta, no nos habíamos presentado debidamente. Sonreí. -Es verdad, no me he presentado, mi no...- me paré en mitad de la frase cuando vi que se acercaba, quedando su cara muy cerca de la mía. El corazón se me aceleró un poso, y noté que me sonrojaba un poco, aunque más que antes. Al parecer era simplemente que tenía algo en el pelo, pero no por eso se me quitó esa sensación como de nerviosismo. Intenté calmarme, pero cuando contesté me delaté un poco. -M-me llam-mo... E-Edward Elr-ric- dije costosamente, y seguía notando mi corazón acelerado. Intenté buscar el modo de disimularlo, pero no encontré nada, lo que me puso algo más nervioso...

Escuché lo que dijo Lissette. [Me las pagarás...] pero seguía nervioso, de modo que ni siquiera pude lanzarle una mirada enfadada ni nada parecido. Cuando parecía que ya podría hablar normal, la chica, que se había presentado como Ginebra, puso su mano en mi frente. "pareciera que tuviera fiebre" y un poco después bajó la mano. El hecho de que hubiese tocado mi frente me hizo volver a tartamudear... -N-no, tranquil-la, n.no m-me pas-sa na-nad-da- agh... ¿por qué tiene que pasarme esto...? y encima no podía disimularlo, y cada vez iba a más...

Lissette se levantó y se despidió, y como pude le respondí. -H-Has-t-t-a l-luego...- después, vi que el vaso de zumo de Ginebra se rompió. -¿Q-Quieres que t-te tra-traiga otro?- así al menos podría calmarme... o eso esperaba...

-D-De acuerdo, a-ahora vengo- me fui para coger otro zumo, y aunque había pensado que eso me calmaría, esta vez no había tenido razón. Volví a la mesa, y le di el zumo. -T-Tom-ma- agh, no me gusta nada este tartamudeo. Me di cuenta entonces de que ella me trataba de usted... -P-Por ciert-to, p-puedes llam-marme Ed, y n-no hac-ce falt-ta que me trat-tes de ust-ted...- el tartamudeo era cada vez mayor, y me noté algo más sonrojado. Me senté y empecé a tomar un poco de mi sopa...

-S-Sí, no me pas-sa nada, en ser-rio...- aceptó tratarme de tú y llamarme Ed... y me dijo que le llamase Ginny. Me ofreció un poco de su zumo, y por su expresión estaba claro que no iba a dejar que me negase... tragué saliva, y cogí el vaso a duras penas. Cada vez estaba más nervioso... bebí un poco, y se lo devolví rápidamente. Estaba más sonrojado que antes... ¿era posible que realmente pensase que estaba enfermo, y no se diese cuenta? -G-Gracias, G-Ginny...- me sonrojé al llamarla así, y ya ni me molesté en buscar el modo de disimularlo, no lo encontraría, al igual que antes tampoco lo encontré...

Estaba bebiendo un poco de mi agua cuando escuché su comentario: "hace tiempo me dijeron que el dar de beber a otra persona de tu vaso es como dar un beso indirecto" al oírlo, me atraganté un poco con el agua y émpecé a toser. Cuando dejé de toser, me notaba muchísimo más sonrojado. Me dijo que estaba empezando a preocuparse, y que si le daba las manos me podía "curar"... parecía que realmente pensaba que me encontraba mal... eso era un problema para mí, si al menos se diese cuenta de por qué estoy así, entonces sería todo más fácil... no estoy seguro de poder decírselo... pero veía que tendría que acabar haciéndolo... -N-No, gracias. N-No creo que p-pued-das curarm-me, y-ya te lo he di-dicho: e-estoy bien...- mi corazón palpitaba con fuerza, y aunque le dije que no cuando me pidió darle mis manos, éstas seguían encima de la mesa...

Escuché su petición, y la carita que puso me hizo sonrojarme más todavía... lo estaba pasando realmente mal... intenté contestarle, aunque me costaba cada vez más hablar... -Claro, y-yo tengo acces-so, pe-pero... n-no se-será fácil, son m-muy estrict-tos... aunque sí t-te promet-to que haré l-lo que pu-pueda...- le dije, sonriendo a duras penas. Luego le miré fijamente. -P-Pero eso sí... ni una p-palabra a n-nadie... quedará entre tú y y-yo...- aún me sonrojé más al decir ésto último. Me sentía incapaz de aguantar más, iba a estallar a este paso...

Se levantó y me dio un abrazo, acompañado de un beso en la mejilla... agh, ya no lo soportaba más... me quedé un rato paralizado, mientras escuchaba lo que decía. Respiré hondo un par de veces, aunque de poco sirvió. -G-Ginny... ¿s-seguro que n-no entiendes por qué est-toy así?- bueno, un primer intento para decirlo, aunque no me sentía con mucha seguridad para conseguirlo... me terminé la sopa y esperé que me respondiera.