Presentandome [Cerrado]

Me presento para ofrecerle mi habilidad para ser profesor en combates a corta y a larga distancia, montar artefaxtos, artilugios y ha luchar armado o descarmado, así como ha hacer armdauras y miembros metálicos en medio de un combate para aumentar la supervivencia del grupo.

Veo entrar a aquél mercenario del que me habían hablado, y escuché lo que me dijo. Cerré los ojos un momento para sopesar su propuesta. -De acuerdo, creo que es buena idea. Si lo desea, puede disponer del campo de entrenamiento para militares para realizar esas clases, y sería buena idea que ponga sus horarios en el tablón en cuanto los haya decidido. En estos momentos no hay mucha gente en la Residencia, así que no tiene por qué poner los horarios inmediatamente. ¿Desea algo más?- pregunté dubitativo.

Sí, me gustaría tener acceso a la armería del ejercito, motivos personales
*señala una llave negra... extraña y misteriosa*
Ha y si pudiese mandar a alguien con migo, el toro día vi un ser extraño en al parte abandonada y lo deje sellado con un circulo anti demonios y sigue allí así que me gustaría un poco de ayuda...para el asunto... y varios de sus mejores alquimistas para el libro que porta el ser...
*hace un dibujo deu n libro lleno de cadenas, calaveras, llamas y sangre así como uan cerradura en la que parece encajar su llave... de forma extraña*
mejor no pregunte...

Escuché lo que dijo. -Respecto a lo de la armería... sólo tendrá acceso a ella cuando necesite armamento para alguna misión que le encargue- dije, y seguí escuchándole. -Respecto a lo otro... mandaré a alguien a su dormitorio y allí usted podrá explicarle la situación con más detalle...- dije al ver el dibujo del extraño libro y escuchar la descripción del ser que decía haber visto. No había recibido informes sobre ese ser, de modo que si enviaba a alguien con él podría conseguir más información, lo último que querría en Ciudad Central es extraños. -¿Alguna otra cosa?-

Sí, necesitare aparte de los alquimistas a algunos soldados, puesto que es necesaria un gran fyerza de contención...
Y le dare una copia del libro una vez lo tenga para que lo pueda ver.

Asentí con la cabeza. -Cierto, mandaré algunos soldados a su habitación también- dije. Si decía necesitar soldados era porque realmente se trataa de algo serio, un mercenario difícilmente suele pedir refuerzos... al menos por lo que me decía la experiencia, así era. -Le agradecería que, como me acaba de decir, me dé una copia de ese libro en cuanto le sea posible- dije al escucharle de nuevo. Se traraba de un ejemplar extraño, por lo que no debía desaprovechar la ocasión de echarle un vistazo si tenía la oportunidad. -¿Algo más?-

No, gracias por todo...
Y tenga *te tira una bolsa con uan arena dorada* mire esto, es lo que sue para retenerlo, intente que sus estudiantes lo hagan con la alquimia por que sino la cantidad será baja y es una protección contra demonios asi que ya esta todo
Adios...
ahora cuelgo el horario

Guardo la bolsa que me tiró en un cajón para examinarla más tarde y le veo marcharse. Me giro en la silla, mirando hacia la pared, mientras pienso en el testimonio que acababa de escuchar... hasta quedarme dormido...