mas helados [cerrado]

Me acerqué al oír sus gritos, y me senté frente a ella. -¿Tramposo, dices? Deberías saber que en la guerra todo vale, tú mejor que nadie- le dije sonriendo. -Te sacaré cuando vea que estás tranquila... y da gracias que no me he dejado llevar, podrías haber acabado muy mal...- poco a poco los sentimientos volvieron, ya no había peligro de que me pudiese descontrolar. Me reí con ganas cuando disparó contra la cúpula. -Ah, Lissette, Lissette... dispara cuanto quieras, lo único que conseguirás será quedarte sin balas...- le dije en tono amable, intentando hacerla ver que debía tranquilizarse.

Observé lo que hacía. -¿Ya estás más tranquila, Lissette?- le dije mientras ladeaba la cabeza, pensando si lo estaría de verdad o no para sacarla o no.

Levanté un dedo y lo moví de lado a lado, en señal de negación. -Ya te lo he dicho, no te sacaré hasta que vea que e has tranquilizado. Para mí sería más fácil irme y dejarte así, jamás coseguirás salir por tu cuenta, pero te estoy dando una oportunidad- me levanté y fui a por mi camisa para ponérmela, y después volví frente a la cúpula, sentándome de nuevo. -Y los insultos te servirán de poco, si me enfadas no dudaré en irme-

¿Chantaje emocional? Sí que ha caído bajo... -No necesito de tu ayuda, gracias. Y no me importa, puedes decir lo que quieras, las mentiras nunca salen bien...- aunque en el fondo no lo quería, no iba a dejar que se saliese con la suya. -Además, no recuerdo habértelo pedido, ni siquiera saqué el tema hasta que tú empezaste a preguntar...- aunque le había amenazado con marcharme, mi personalidad me lo impedía... no podría salir de allí si yo no la sacaba expresamente, ésta cúpula no es una cúpula cualquiera... me levanté y hablé con el dependiente, que se había escondido. Me disculpé varias veces, y le prometí arreglarlo todo en seguida. Entonces volví con Lissette y me senté de nuevo... si no fuese como soy, podría largarme sin remordimientos, pero... suspiré, esperaba que se tranquilizase y así podríamos irnos sin más, si no se notaría que la iba a acabar sacando antes de irme y eso no lo quería...

Parecía estar pensando en algo, de modo que seguí esperando un poco más... vi cómo golpeó la cúpula, de modo que deduje que aún no estaba tranquila... [Mierda, a éste paso se notará...] entonces recordé algo, y me levanté rápidamente hacia la mesa donde había dejado la bolsa con el vestido... suspiré tranquilo al comprobar que no le había pasado nada... me quedé allí de pie un rato, mirando de reojo las reacciones de Lissette... [Edward, bien hecho. Así no se notará que estás esperando a que se calme y, sin embargo, eso harás...] maldita personalidad mía... seguía pensando que sería muchísimo más fácil irme y dejara allí hasta que me acordase de volver, pero yo mismo me lo impedía...

Vi todo de reojo, apenado... ¿cómo podría conseguir que se calmase? Yo ya había tomado la decisión de no soltarla hasta que se tranquilizase, de modo que estaba en su mano si quería realmente ser liberada o no. Mientras seguía vigilándola disimuladamente, puse de nuevo boca arriba la mesa que tiré antes, y tras chocar mis palmas toqué el suelo del cual desapareció el helado que había tirado... no iba a ser aprovechado, de modo que supe que no pasaría nada si lo evaporaba... después empecé a recoger las heladeras, pegando de nuevo con Alquimia las que llegué a cortar... y mi brazo de nuevo lo transformé a como debía ser... todo ésto sin dejar de observar de reojo a Lissette... y vi que pareció caer inconsciente, de modo que dejé todo en el suelo y me dirigí a la cúpula, levantando una ceja. -¿Se puede saber qué haces? Ya me explicarás por qué te desmayas si la cupula contiene oxígeno... ¿o acaso es que eres claustrofóbica?- dije, sin creerme aún del todo que estuviese inconsciente...

Suspiré al ver que no respondía, y aunque se me iba a notar decidí quitar la cúpula... aunque no me gustaba sacarla de allí cuando seguía cabreada... me encogí de hombros, y seguí recogiendo todo...

Terminé de recoger todo y reparé los demás desperfectos con Alquimia. Entonces me dirigí hacia donde estaba Lissette, que seguía en el suelo, y empecé a preocuparme. Dejé la bolsa a mi lado, y agité a Lissette para ver si despertaba. -Eh, venga, venga, despierta, Lissette...- a saber por qué estaba así, en la cúpula había entrado el aire, otra cosa es que no se hubiesen visto los agujeritos...

Me reí, no pude evitarlo, mientras me apartaba de ella para que no me cortase en el cuello. -Bien, veo que ya te has recobrado- dije sonriendo, mientras esperaba a que se despertase del todo. -Venga, levanta ya, anda- le dije en un tono lo más amable que pude.

-Ah, qué remedio...- me dirigí hacia el dependiente, que me dijo que sí que tenía más helados, y le pedí que me pusiese el mismo que le había pedido antes Lissette, y cuando me lo dió se lo di a Lissette. -Aquí tienes- le dije sonriendo.

Me dió un beso de agradecimiento en la mejilla, y después escuché lo que dijo. -Claro, vamos cuando digas- le dije sonriendo al tiempo que cogía otra vez la bolsa para que no se me olvidase allí. Esperé a que Lissette decidiese el momento de volver a la tienda.

Lissette salió y yo la seguí de cerca.